Motor Web


 






 

Visita a tierra santa (parte 2)

Después de semejante empiece, parecía difícil superar semejantes avistamientos. En una granja alejada de la población, está lo que denominan "Granja Hombre". Donde está el Museo de coches y motos de época "Panini", Umberto Panini ..., si, si, el de los cromos. El mismo que en su día, se hizo con el museo de Maseratti, para hacerlo suyo y así aumentarlo con su colección privada, de modelos inéditos, y motos de los 60 y 70. A parte de fabricar quesos Parmesanos, tiene un gusto especial por los coches, como mandan los cánones de la tierra.

Allí te encuentras, desde los primeros modelos deportivos de Maseratti, hasta las últimas maquetas de prototipos que no llegaron a ver la luz. Pasando por el primer Ferrari F1 a escala 1:3 con motor y suspensión incluidos. Todo ello custodiado por una de las colección más interesantes que he visto de tractores.

Galería FerrariPero dado que dentro de la fábrica, el acceso es más restringido que los aposentos del Vaticano, la visita obligada a la esencia de Ferrari, empieza por la Galería Ferrari. Una colección de lo mejorcito de la marca, en escala 1:1, y ahí tranquilos para que los observase el tiempo necesario.

La entrada fue algo complicada, ya que el merchandising llama la atención de tal manera que parece imposible pasar a la Galería sin pasar por caja con algo en las manos, a parte de la cámara claro.

La galería inicial, está marcada por la competición, el gran sueño de Enzo. Porque Enzo fabricaba coches para poder competir. A pesar de tan amplia historia deportiva de la marca, se intenta aglutinar un poco la trayectoria en la categoría reina, con los principales modelos de competición, y murales a los pilotos más emblemáticos de la Scuderia.

Hace un repaso total, y hay maquetas 1:43 de todos los modelos que han competido, desde el principio hasta el 2006. El estar tan cerca de los corazones que mueven los F1, es como acariciar la piel de tu ídolo. Sientes algo especial. Esos motores han hecho historia, han elevado a lo más alto la Scuderia ... aunque también nos tuvieron unos cuantos años en sequía, que no siempre han sido laureles.

Como no, una réplica del despacho de Enzo, así como el bastón del 60 aniversario que recorrió todo el mundo hacen gala de lo inicial y lo actual de su historia.

Pero sin duda la mejor estancia es en la que se descansan lo más significativos deportivos de la marca, los GTs. Los de la época más reciente: Ferrari 288 GTO (1.984), Ferrari F40 (1.987), Ferrari F50 (1995), Ferrari 575M y Enzo Ferrari (2.002).

Y para terminar de dar la guinda al viaje, visité la catedral del automovilismo en Italia. Monza, y su Gran Premio. Aquello es mucho más que fútbol. En esa parte de Italia, la devoción por las carreras de coches supera a los aficionados al Calcio. El Circuito de Monza está en medio de un gran parque, lleno de jardines, y árboles milenarios. Si esos árboles hablaran, lo que podrían contar... automovilísticamente hablando, claro.

Pista de Monza Uno de los accesos se realizan por debajo de la parabólica mítica de Monza. La cual tiene tal peralte que es imposible subirla a pie.
Monza Girls Uno de los toques distintivos de éste circuito, es que además de los bares y ventas de bocatas y bebidas, los locales tienen animaciones de lo más, digamos, sugerentes.
Porsche Cup A pesar de correrse la Porsche Cup, el aficionado nativo y masivo en el circuito tiene sólo un color, el ROSSO.
Curva parabólica La parte final de la mítica parabólica aún se puede divisar al final del trazado moderno.
Pilotos F1 Paseo protocolario de todos los pilotos de la parrilla de Campeonato de Fórmula 1.
Salen las azafatas abanderando las diferentes nacionalidades, y el gritería empieza a caldearse.
Y es que hasta el coche del médico es un Ferrari 348.
La carrera es ensordecedora. Aprecias el mejor invento para los grandes premios; lo tapones para los oídos. Victoria de un Ferrari, aunque no de la Scudería sino del Toro Rosso.
Y al acabar el Gran Premio, todos a la pista. Se llena de tofosis, en busca de cualquier trozo de coche o pista que pueda ser digno de recuerdo. Hay gente que se mete hasta con la bici y que recoge los trozos de gomas para hacerse bolas con ellas.

Un buen final para un agotador viaje, lleno de experiencias intensas y de unos recuerdos que permanecerán en mi memoria para el resto de mis días.

Parte [1], 2, [3]

Alberto Lorenzo
(septiembre 2008)


Otros artículos

Volver

 
 

Copyright Desde 1.998. Motor Web España
CONTACTAR CON MOTORWEB

Motor Web en Facebook