NUEVO
AUDI A1
AUDI A1: REY DE LA CIUDAD
SIN RENUNCIAR A LA DEPORTIVIDAD
Esperado
por muchos, el benjamín de la gama de la marca de los cuatro aros ya ha
llegado. Un vehículo que por dimensiones se mueve como pez en el agua en el
tráfico urbano, pero que tampoco le vienen grandes las excursiones de fin de
semana. Apto para cuatro personas, con un maletero aceptable, se puede
convertir en el compañero ideal.
Cuando un coche entra por
los ojos es muy fácil hablar de él. Pocos coches acaparan tantas miradas como
el A1. Tal vez sea por lo acertado de su pintura bicolor, o por lo acertado
de su diseño o incluso por lo llamativas que son sus llantas.
PARA MI
Audi con el A1 se una a la
moda de personalizar el coche con los más mínimos detalles. Puede ser joven,
valiente, moderno, refinado, atractivo…. todos los adjetivos que nos
imaginemos son posibles. Así es el nuevo A1: personal y único.
Con 3.95 metros, como
hemos comentado anteriormente, es el rey de la ciudad y puede dar pie a
pensar que la habitabilidad va a ser algo escasa. Nada más lejos de la
realidad. Las dos plazas delanteras cumplen sobradamente su objetivo en
cuanto a comodidad y amplitud. Las traseras son algo más escasas en
habitabilidad pero en ningún momento podemos decir que son incomodas o
justas.
Pero
todo esto se nos olvida a la hora de sentarnos a sus mandos. Algunos pueden
pensar que el A1 es algo caro, pero cuando estás montado en él, pronto este
pensamiento desaparece y se transforma en " es normal que cueste eso…. con la
calidad de acabados que tiene….". El habitáculo esta elaborado con materiales
de gran calidad y un excelente ajuste y disposición. Algunos de sus elementos
recuerdan a los de sus hermanos mayores de gama. La unidad de pruebas que
Audi puso a nuestra disposición disponía de Navegador, volante multifunción,
cambio con levas en el volante…. Si a la excelente calidad de acabados le
unimos todos estos "aditamentos" , el confort y la calidad de vída a bordo
están asegurados en todo momento.
UN JUGUETITO
La motorización que
equipaba nuestra unidad de pruebas es la 1.4 TFSI de 122 caballos y equipado
con la caja de cambios Stronic de 7 velocidades. Un auténtico caramelo para
endulzar nuestros kilómetros. En ciudad, el cambio automático es una
auténtica delicia. Colocado en la posición D la rumorosidad es mínima
y la facilidad de conducción es patente en todas las situaciones, además el
par máximo, 200 Nm se encuentra disponible entre 1.500 y 4.000 rpm. Se
supone que en la posición D la respuesta del motor es más suave y los cambios
se hacen a menos revoluciones, pero el pequeño A1, aun en esta situación es
capaz de "hacer ruedas" a la salida de cualquier semáforo.
Dejamos atrás la ciudad y
por autovías seguimos en la posición D. Mantenemos un crucero "legal" y la
comodidad de marcha es muy alta, pero pronto advertimos que la suspensión
está pensada para disfrutar de ella. Es enérgica y las ruedas de perfil bajo
ayudan a que esa sensación aumente.
Por
fin llegamos a una zona de curvas, con el asfalto en regular estado y es como
si el A1 se "pusiera contento". Cambiamos la posición de D a S y bufff… como
cambian las sensaciones. Los cambios se hacen rápidamente y pronto las curvas
se van acercando a demasiada velocidad. En este punto es donde agradecemos la
"energía" de las suspensiones y la eficacia de los frenos. Es impresionante
el comportamiento que tienen. Sobresaliente. Pero aquí no termina el "dulce".
Nos olvidamos del cambio automático y empezamos a funcionar en manual, bien
con la palanca, bien con las levas en el volante. Una auténtica maravilla de
funcionamiento y efectividad.
Otro de los aspectos que
también nos ha impresionado en este A1 es el consumo. En nuestra prueba, algo
menos de 500 km por todo tipo de recorridos el consumo se ha parado en poco
más de seis litros. El homologado UE es de 5,1 y 5,4 litros cada 100 km.
Con todo esto podemos
decir que en la ciudad se mueve como pez en el agua y cuando queremos sacarle
las cosquillas apretando el acelerador, también se defiende con gran soltura.
Un rey en la ciudad y un caramelo en las carreteras de montaña.
José Andrés Merino
(febrero 2011)