Alfa Romero Giulietta Quadrifoglio Verde
LA HISTORIA
El
símbolo del Quadrifoglio surgió en 1923 con Ugo Sivocci, piloto experimentado,
pero a menudo perseguido por la mala suerte y eterno segundo puesto. Con motivo
de la Targa Florio, para ahuyentar la mala suerte, hizo pintar en la calandra
de su vehículo un cuadrado blanco con un trébol de cuatro hojas verde en su
interior: el éxito fue inmediato, Sivocci cruzó la línea de meta en primer
puesto.
Con la
victoria en la Targa Florio, el Quadrifoglio se convierte en el símbolo de los
Alfa Romeo de carreras. Como queriendo
confirmar los prodigiosos poderes de este símbolo, unos meses después de la
Targa Florio Ugo Sivocci pierde la vida en el circuito de Monza durante los
entrenamientos del Gran Premio de Europa. El P1 del piloto de Salerno, que se
salió de la carretera en una curva, no llevaba pintado el Quadrifoglio.
Desde 1923 la carrocería de los Alfa Romeo de carreras se decora con el
Quadrifoglio como amuleto. En memoria de Sivocci, el cuadrado blanco es
reemplazado por un triángulo para conmemorar su ausencia. Bajo el conocido
símbolo, comienzan a correr los más grandes pilotos de todos los tiempos. En 1925,
el Quadrifoglio decora el capó del glorioso P2, el primer automóvil de Alfa
Romeo en ganar el campeonato del mundo a la increíble velocidad de 225 km/h.
LLAMATIVO
Como ya he dicho, personalmente pienso que el Giulietta es uno de los
coches más bonitos de su categoría, pero en esta versión me atrevo a decir que
muy pocos pueden superarle… Evidentemente para los gustos son los colores, pero
con los argumentos que nos muestra, pocos se atrevería a decir que no es un
coche impresionante.
Al igual que sus hermanos de
carreras, el Trebol está presente en las aletas, pero en este caso en vez de
tener un triángulo blanco como fondo, lo tiene gris. Y siguiendo por los
laterales, las preciosas llantas negras con un curioso diseño de 5 circulos
incompletos dejan a la vista las tremendas pinzas de freno acabados en rojo. Si
nos vamos a la parte trasera, pronto se nos va la vista a las dos enormes
salidas de escape cromadas y un pequeño alerón en el final del techo en
carbono, material del que también son los espejos retrovisores exteriores.
Llega el momento de abrir las
puertas e investigar lo que nos vamos a encontrar en su interior. Nada más
hacerlo, los asientos personalizados invitan a acomodarnos y a buscar la
postura ideal para domar esta pequeña fiera. El cuadro de relojes está dividido
en dos esferas grandes con velocímetro y cuenta rpm y entre ellos la
temperatura del agua y nivel de combustible.
La consola central con los mandos
de equipo de sonido, pantalla, climatizador y demás es como sus hermanos de
gama, pero no hay que olvidar que escondido, mas adelantado que la palanca de
cambios, encontramos el interruptor del DNA…..que luego explicaré como
funciona.
EN MARCHA
Llega la hora de la verdad y
vamos a ver lo que es capaz de transmitir esta pequeña “bomba” de 4 cilindros,
1.650 cc y 240 cv turboalimentados. Solo ponerlo en marcha, un pequeño acelerón
en vació y….. nuestros pabellones auditivos se inundan de un sonido
embriagante…. “Jaja” es exagerado pero el sonido es impactante. Colocamos la
palanca del DNA en la N de normal para circular por la ciudad. Al ralentí es un
coche silencioso, sin vibraciones, no transmite altas sensaciones y parece que
tenga la mitad de potencia de lo que anuncia. La conducción por la ciudad es
muy cómoda y gracias a la posición N los consumos también son bastante bajos.
Un detalle que llama la atención es el corto recorrido de la palanca de la caja
de cambios y su suavidad de funcionamiento.
Poco a poco vamos dejando atrás
la ciudad y el cuerpo nos pide algo de marcha….Ponemos la palanca en D y el
Giulietta se transforma… Las respuestas del acelerador son instantáneas, le
dirección distinta, el sonido mas bronco… y 240 caballos que te catapultan
hacia delante con una aceleración pasmosa e impresionante. Exprimiendo a tope
el 4 cilindros, el corte de encendido está por encima de las 6.500 y aunque a
velocidad normal la insonorización es muy buena, ahora si se oye rugir de una
manera muy sugerente al cuatro cilindros…. Pero hay que respetar las normas de
circulación… y aun así compruebo que la estabilidad es impresionante, el agarre
bestial y la mordida de sus zapatas más aún…Un
auténtico deportivo de armas tomar.
Y después de unos días vuelta a
la realidad… Devolvemos el Giulietta con mucho pesar y el cuerpo y la mente
cargado de sensaciones que desgraciadamente son difíciles de transmitir. Estos
modelos dejan huella y te enamoras de ellos desde el primer momento que “entran
en tu vida”. Habrá que esperar para volver a tener estas sensaciones.
José
Andrés Merino
(abril 2015)