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Mini Cooper D, capricho de juventud

¿Quién de nosotros, amantes de los automóviles, no hemos pensado en tener un MINI alguna vez? Seguro que un porcentaje muy alto lo ha hecho. Un MINI, un coche con aspecto distinto, con espíritu juvenil, un icono que nunca se pasa de moda… y en el siglo XXI con toda la ultima tecnología de BMW…. Tal vez un sueño que nunca se cumplió, pero que ahora si se puede realizar.

El MINI es un coche especial, pensado para gente dinámica, a los que al placer de conducir un coche único con sensaciones diferentes se le une un diseño diferente y que marca a sus propietarios. Pero hay que ser realistas… si somos un padre de familia, con dos hijos, al que le gusta salir el fin de semana con la bici a la montaña y con algo de equipaje… el MINI será nuestro segundo coche… y seguramente será nuestra mujer la que lo use diariamente.

Y es que este será el hábitat natural del MINI. El día a día en la ciudad, el día a día en el desplazamiento al trabajo, pequeños viajes por las zonas urbanas… con unos argumentos de peso que le convierten en un compañero ideal: consumo, facilidad de conducción y tamaño a la hora de buscar aparcamiento.

Una vez vistas nuestras necesidades y tomada la decisión de tenerlo en casa como uno mas, seguro que lo usaremos mucho más de lo esperado en un principio, ya que es un coche que aporta unas sensaciones dinámicas muy placenteras, tampoco podemos catalogarlo como incomodo, siempre y cuando no midamos mucho mas de 1,80 y, a la hora de viajar con él, el paso por los repostajes casi se olvida.

IMAGEN
MINI es MINI y sobran las palabras. Poco a poco los ingenieros encargados de su diseño han ido aportando pequeños detalles generación tras generación que han hecho que le MINI haya ido ganando con los años. Detalles que a simple vista no se ven pero que hacen del MINI un coche súper atractivo.

Grandes faros delanteros, parrilla delantera de forma ovalada con terminación cromada, gran toma de aire bajo la parrilla… una imagen delantera característica y común a todos los MINI. La vista lateral, en este modelo de 3 puertas, de contenidas dimensiones, resalta la baja altura del conjunto recordando, tanto como su propia sensación de conducción, a un kart. En la vista trasera, los faros traseros alargados dan paso a un portón de pequeñas dimensiones acorde con escasa capacidad de su maletero.

Incluye pequeños “aditamentos” que demuestran la exclusividad de este modelo. Por citar algunos, dos tiras decorativas en blanco que suben por los laterales del capot delantero hasta la luna que, junto con los espejos retrovisores y el techo, también terminados en blanco, componen la decoración “algo racing” del MINI. Tampoco debemos olvidar unas preciosas llantas en aluminio multipalos que calzan unos neumáticos de perfil bajo, que cierran los exclusivos detalles del MINI.

Una vez acomodados en su interior, un sinfín de sensaciones asociadas a distintos colores de su enorme pantalla central pronto nos invadirán…. Pero antes de explicar esto nos sentamos cómodamente en la butaca del conductor y recordamos lo que era MINI, una combinación de detalles clásicos, como los interruptores de puesta en marcha de algunos elementos, con irrupción de tecnología al mas alto nivel, sirviendo como ejemplo la posibilidad de elegir entre distintos tipos de conducción y comportamiento del coche.

El volante como es habitual en MINI en algo más gordo de lo habitual en otras marcas, acabado en cuero y por supuesto multifunción, incluye el logo de Cooper en la parte más baja y nos recuerda la deportividad que emana de este modelo. Justo tras él, el velocímetro, indicadores de combustible y temperatura y una pequeña pantalla de datos incluida en el reloj central nos mantiene informados de todo lo vinculado con el ordenador de a bordo del MINI.

Si pasamos a la enorme pantalla central, con forma redondeada, pronto vemos que sus cambios de color nos van a mostrar mucha información. No cambia la pantalla en si, lo que cambia es el bisel, que lo puede hacer en varios colores diferentes dependiendo de las circunstancias de la conducción.

A la hora de aparcar, con la ayuda activada, a medida que nos vamos acercando al obstáculo, además de poder verlo en la pantalla gracias a la cámara trasera, el bisel torna de verde a rojo, pasando por el amarillo, dependiendo de la distancia a la que nos encontremos del obstáculo mencionado, siendo el verde la distancia más lejana y el rojo el momento en el que debemos cambiar de dirección.




Junto a la palanca de cambios, rodeándola, vemos un pulsador por medio del cual podemos cambiar el comportamiento y tipo de conducción del MINI. La mas deportiva de ellas, el Sport Mode, con indicativo en el bisel de color rojo, nos muestra en la pantalla central las palabras “Go-Kart feeling máximo” así como una imagen del MINI con detalles en rojo. Creo que sobran las palabras… sensaciones máximas.

En la segunda posición, con el detalle en el bisel en amarillo, disponemos del MID Mode, con las indicaciones en la pantalla “Go-Kart feeling típico de MINI”. Algo menos radical que en al opción anterior, pero con sensaciones deportivas.

Por ultimo, y decorado en color verde, el “GREEN MODE”, con las indicaciones de Conducción deportiva pero eficiente. Esta posición deja un poco de lado las prestaciones, primando sobre estas la eficiencia del conjunto. En esta posición, en un tramo de 100 km por autovía a velocidad constante, en nuestra prueba, el consumo fue de tan solo 4 litros cada 100 km.

Justo debajo de esta pantalla, tenemos los mandos redondos con los que controlamos el climatizador, y justo debajo de ellos la batería de interruptores tipo palanca con el que controlamos los demás ajustes del Mini y que le dan cierto toque retro sin perder un ápice de personalidad y calidad.

En marcha, evidentemente se nota el tipo de conducción que hayamos elegido, pero hasta en la menos deportiva, las sensaciones son muy buenas. Es un motor que esta lleno independientemente del régimen de giro que llevemos. Evidentemente, en la posición SPORT, estas sensaciones se acentúan con una respuesta mas rápida del acelerador y más enérgica del propulsor.

La sensación de conducción que trasmite si nos animamos a ir rápido, aunque suene a tópico, es como la de un kart. Posición baja cerca del asfalto, reacciones rápidas de la dirección, respuesta del motor, suspensión enérgica y cómoda a la vez… resumiendo, respuestas dinámicas con la única premisa de disfrutar de su conducción.

Después de haber hecho casi 1000 kms. con el MINI Cooper D, nuestras ideas preconcebidas sobre este coche no han cambiado. Es el coche que muchos de nosotros quisiéramos tener cuando nos sacamos el carnet. Un coche pintón, moderno que no pasa de moda, aire retro con un pasado glorioso, fácil de aparcar y consumiendo poco más que un mechero…. Las tornas cambian cuando ya eres más maduro, tienes tres hijos y tienes que ir a la compra con él… pero siempre nos queda la posibilidad que sea nuestro segundo coche… o el de nuestra pareja.

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José Andrés Merino
(Noviembre 2016)

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