Mitsubishi L200 Kaiteki 181 cv: para todos los públicos
Hablar
de la L200 es como hablar de la pionera en este nicho de mercado.
Después de más de 25 años de historia estamos ante la 5ª generación de
este modelo, que aunque en nuestro país no supone un alto número de
ventas, para la marca japonesa es el 25% de sus ventas a nivel mundial.
Estas cifran han hecho que la marca de los diapasones haya dedicado
mucho tiempo y esfuerzo en ir mejorando un producto que ya en sus
principios era bueno y, ahora, con el paso de generación tras
generación, podemos catalogarlo como referencia en el mercado.
La rudeza de las primeras versiones que daban preferencia al uso
laboral, han ido dejando poco a poco paso a ciertas concesiones de lujo
que iban convirtiendo a la pick-up de referencia en un coche un poco
más útil y sobre todo cómodo a la hora de circular por tramos de
carretera.
Es cierto que no podemos decir que sea tan cómodo como un turismo, pero
si que sus largas ballestas traseras no son tan incómodas como lo eran
antes y, aunque la caja trasera vaya totalmente vacía, un viaje por
carretera no se hace imposible. Tenemos que recordar, que la suspensión
trasera está confiada como hemos dicho a dos largas ballestas que son
realmente efectivas cuando la L200 lleva como compañeros de viaje unos
cuantos kilos en la caja trasera. Un peaje que tenemos que pagar y ser
conscientes de él cuando nos decidimos por este coche.
Como cifra orientativa y afirmando que este es un coche que la mayoría
de las veces se va a utilizar como herramienta de trabajo, bien sea
remolcando o con la caja trasera a tope de carga, la L200 puede
remolcar hasta 3.100 kg. Ahora tal vez comprendamos que sería imposible
conseguir eficacia al 100% a tope de carga y vacíos.
Siguiendo
con los datos técnicos de la L200, el chasis esta formado por
largueros, ahora algo mas reforzados que en versiones anteriores y la
suspensión delantera sigue siendo independiente para cada una de las
ruedas. A pesar de ser algo más corto que su antecesor, supera
ligeramente los 5 metros de longitud, por lo que su aspecto sigue
siendo imponente. Ciertos retoques en su carrocería hacen que sea un
coche moderno y acorde a los tiempos que corren, con formas redondeadas
que le vienen estupendamente para mantener unas buenas cifras de
aerodinámica.
El radio de giro que se ha conseguido es de 5,9 metros, cifra que puede
parecer exagerada pero que en cuanto haces unos cuantos kilómetros por
ciudad rápidamente te acostumbras a las medidas y casi “te cuelas por
cualquier sitio”. Las malas lenguas dicen que este modelo no se vende
en USA por que los americanos dicen que es una “camioneta” demasiado
pequeña…¿Será verdad?
EN OTRO MUNDO
Si
cerráramos los ojos durante unos segundos y los abriéramos una vez
estuviéramos montados en la L200 sin saber de que modelo se trata,
nunca pensaríamos que estamos ante una pick-up pensada para trabajar.
Su interior parece el de un turismo de ultima generación, bueno, el de
un SUV, ya que justo al lado de la palanca del freno de mano vemos una
pequeña ruleta que girándola nos permite cambiar el tipo de tracción a
4x2, 4x4, reductoras, etc.
Su interior nos recuerda al de otros modelos de la marca, con grandes
superficies cromadas y generoso tamaño de todos los mandos. En el
volante, multifunción, encontramos los mandos para manejar el equipo de
sonido y otras muchas cosas mas. El cuadro de relojes esta presidido
por dos grandes esferas, velocímetro y cuenta revoluciones, y entre
ellas una pequeña pantalla digital que nos va informando de la
temperatura del motor y del nivel de combustible y el ordenador
de abordo, con información sobre consumo, odómetro, autonomía…
En
la consola central llama la atención la gran pantalla táctil con la que
manejamos todo el sistema multimedia que lleva incorporado la L200,
secundada por los mandos del sistema de climatización… A estos
aditamentos de lujo hay que añadir también las tomas USB, los asientos
calefactables, keyless, cámara trasera para aparcar, extremadamente
útil en un coche de este tamaño, asistente de arranque en pendiente,
faros bi-xenon, aviso de cambio involuntario de carril… Como
observamos, detalles que son más típicos de turismos o SUV de última
generación que de una Pick-up.
BUEN CORAZÓN
Mitsubishi siempre ha tenido fama de hacer buenos motores diesel,
fiables, potentes y muy “usables” en el uso off-road. Para este modelo
se ha optado por el bloque de 2.5 litros que en este caso supera
ligeramente los 180 caballos de potencia.
Esta asociado a una caja de cambios automática de 5 velocidades con
convertidor de par, que si bien no es un prodigio de modernidad, si lo
es en cuanto a funcionamiento y fiabilidad. El toque de lujo lo ponen
las dos levas situadas justo detrás del volante que permiten un cambio
a nuestra voluntad de las velocidades.
Las posibilidades de transmisión son la habituales para un TT, con 4x2,
4x4 y reductoras, existiendo también la posibilidad de bloqueo de
diferencial.
Sin duda mas que suficiente para una conducción off-road sin problemas
y con posibilidades de atacar con garantías los “problemas” que podamos
encontrar. Lo único que tenemos que tener en cuenta en escalones o
cruces de puentes acusados que tenemos que pasar con un coche de algo
más de 5 metros…
A la hora de circular por pistas en buen estado, si queremos
divertirnos, podemos hacerlo a base de bien. Esa pequeña incomodidad de
la que hablábamos líneas arriba al circular por carretera sin carga
ocasionada por la ballestas y la dureza de las suspensión, en los
caminos es una auténtica delicia… Llega la curva, ligero apretón al pie
derecho y podemos hacer deslizar la parte trasera de la L200 conn
total facilidad… pero ojo, hay que tener manos y ser consciente en todo
momento de lo que hacemos.
El 2.5 a la hora de circular por carretera se muestra más que
suficiente, siendo capaz de rodar sin problemas a las velocidades
legales sin el mas mínimo problema. Si en un momento dado hay que
apretar para hacer algún adelantamiento, los 180 caballos van a mover
sin dilación a la L200. Los consumos, son los habituales en este tipo
de coche y a mi parecer, en realidad es de lo que menos importa. En un
coche como este, hay que valorar mucho más lo que nos puede llegar a
aportar que las cifras de consumo. En nuestra prueba de algo mas de 600
km, la media fue de 7,2 litros, una cifra muy interesante.
CONCLUSIÓN
Si por nuestras circunstancias laborales necesitamos un vehículo para
movernos por zonas donde las carreteras y caminos se complican, y
además tenemos que llevar carga adicional, la L200 puede ser nuestra
compañera ideal. Si en ocasiones tenemos que hacer trayectos por
carretera y buscamos la comodidad de un SUV o turismo, la L200 tampoco
se queda lejos.
Una opción que considero imprescindible si tuviera la L200 en la puerta
de mi casa, sería la opción de poder cerrar la caja en algún momento.
Bien con los techos de fibra altos o bien con una simple tapa con
llave, algo necesario si llevamos bolsas o algo de equipaje y tenemos
la necesidad de dejarla aparcada lejos de nuestra vista.