Trazado de curvas
Siguiendo con el tema de la conducción
deportiva, en este capítulo queremos referirnos al trazado de las
curvas.
El terreno en el que se
apoya esta descripción es asfalto, pero igualmente puede referirse a cualquier
otro terreno, simplemente hay que anticipar o realizar las maniobras
características del terreno en el que nos encontramos, como por ejemplo tierra o
nieve, y adaptarlos al tipo de tracción del vehículo, tracción delantera,
propulsión o total.
Existen multitud de tipos de curvas pero
aquí vamos a referirnos a los tres tipos de curvas más comunes
que podemos encontrarnos y que pueden llevar algo distinto del trazado
normal:
1.-
Paellas: Se llaman así a las curvas amplias y en marchas largas,
de las que no vemos claramente el final de la misma. La forma de acometer
estas curvas, empieza como todas por llegar a ella "con todos los deberes
hechos", es decir, relación de marchas y velocidad oportunas. Comenzaremos
por el exterior de la curva.
Poniendo como ejemplo la imagen, en una curva
a derechas, nos colocamos lo más a la izquierda que nos permita
el terreno. Comenzamos a girar casi en el momento de llegar a la curva,
es decir, retrasamos el trazado típico de una curva más corta
y con menos longitud. Intentamos llevar una trayectoria casi paralela al
radio de la curva, pero cerrándola un poco buscando el "punto intermedio"
marcado con una X en el dibujo. Este punto
intermedio lo hayamos en el momento que se divisa el final de la curva. Es el
momento teórico en el que debemos comenzar a meter gas. Una vez "tocado" este
punto, comenzamos a salir de la curva dándole menos giro a la dirección y
buscando el exterior de la curva. A partir de ese momento la aceleración debe
ser a tope.
Una anticipación del
punto intermedio puede provocar que nos quedemos sin curva antes de tiempo. Sin
embargo, un retraso, sólo implica que no aprovechemos el 100% de la curva.
2.-
Horquillas: Se denominan así a aquellas curvas de radio muy cerrado.
En conducción normal cualquier conductor de tamaño medio,
lo hara en primera y frenando mucho, es decir, casi parado. Pero en conducción
deportiva, bien ejecutadas pueden pasarse a 40 Km/h las más cerradas
o incluso 60 Km/h las menos cerradas.
La forma de tomar estas curvas supone
un trabajo anticipado del que depende su buena ejecución. Siguiendo
el caso de la imagen, vamos apurando las frenadas al máximo, reduciendo
marchas hasta llegar a primera (si es muy cerrada) o a segunda (si es menos
cerrada). En el momento de comenzar la curva, nos colocamos a la izquierda
de la misma con un balanceo del coche, es decir, no llegamos por el exterior
sino por la mitad o por la derecha de la carretera, según la fuerza
que queramos dar a la inercia y nos colocamos a golpe de volante en la
izquierda. Seguidamente giramos a la derecha de forma rápida y decidida.
De esta manera aprovechamos las inercias para hacer que la parte trasera
del coche gire más deprisa que la delantera (sobreviraje). En caso
de no llevar suficiente inercia o si deseamos forzar esta reacción,
en el punto rojo se marca el momento en el que se debe tirar a tope del
freno de mano, para bloquear un instante las ruedas traseras y así
conseguir que sobrevire el coche.
Los coches de rally no llevan botón
para fijar el freno de mano, con lo que simplemente tiramos de la palanca
y ella sola se baja. Haciendo contravolante iremos buscando el punto intermedio
de la curva (X), para en ese momento
dar gas a fondo y salir catapultados a por la siguiente. Un exceso de freno
puede provocar un trompo con su respectiva perdida de tiempo.
3.-
Entrelazadas: Son esas curvas que carecen de tramo recto intermedio, es
decir, van seguidas una de la otra. Debemos dividir el trazado en dos partes.
La primera se debe sacrificar en beneficio de la segunda. En el caso de
la imagen, afrontamos la curva a derechas retrasando su trazado para quedarnos
en la parte interior a la salida de esta curva (X).
Momento en el que comenzamos a trazar la segunda parte ya desde el exterior de
esa curva de la forma habitual. Una salida de la primera parte más abierta
(centro o izquierda de la carretera) supondría quedarnos sin carretera
prácticamente al comenzar la siguiente, con lo que salir de esa curva se
convierte en misión imposible.
Estas recomendaciones pueden aplicarse
a la conducción diaria, excepto claro está, las horquillas,
ya que es relativamente fácil pasarnos de freno y meternos en el
carril contrario, a parte del consabido gasto de frenos y neumáticos
traseros, sin contar con los "comentarios" del resto de ocupantes. Pero
a pesar de ir a una velocidad más recomendada, se puede aplicar
el mismo trazado, y veréis como aumenta la seguridad, rapidez y
confianza en vuestra conducción.
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