Exotic Car Club Rally 2008
El Exotic Car Club, es
un Club de superdeportivos que nace con la filosofía de reunirlos en
concentraciones y eventos para el deleite de propietarios y aficionados. Puedes
ver su web, aquí.
Y para celebrarlo, se
organizó un Rally de regularidad entre Granada y Marbella. A dicha cita acudió
nuestro amigo y forero de Motor Web, Carlos Alberto, también llamado Magnelli.
Ésta es su historia vivida en primera persona.
Hola yo fui uno de los
90 participantes y mi valoración es SOBRESALIENTE, en prácticamente todos los sentidos.
Me inscribí con mi Porsche 911. Era la primera vez que se hacía, había mil cosas que organizar y preparar,
surgían imprevistos - pocos - ajenos que se solventaban, nos hizo buen tiempo y
la colaboración de la policía local tanto en Monachil como Granada y Marbella
fue excelente. Al igual que la cantidad de público, que en general se portó de lujo.
Al menos para mi, salió todo a pedir de boca, fueron 3 días inolvidables e
irrepetibles, sobre todo para mi que desde Suances en 2005 no asistía a nada
similar. En mi caso llevé de copiloto a mi primo de 19 años, todo un tifossi y superfan
de todo que lleve motor al que le di una alegría inmensa y un viaje de recuerdos
inolvidablemente gratos. Ciertamente había mucha más gente de lo que podía esperar e imaginar, en
prácticamente todo el recorrido.
Además nos obsequiaron con cava, polo oficial, varios regalos, llaveros y un
montón de extras que ni recuerdo.
Yo la costa del Sol y Granada los conocía por encima, pero el que te lleven a
varios de los mejores sitios y acompañado de esas máquinas rugidoras en
movimiento no tiene precio. El hotel de Grananda tenía una habitación de unos 50 m2, tuvimos cóctel previo,
el restaurante de lujo también y por la noche a conocer Granada, donde teníamos
invitaciones para un par de sitios de copas (fácilmente reconocibles por el
Gallardo y Murciélago que habitaban en la puerta).
Dormí 3 horas contadas y porque mi primo me despertó a gritos que sino... no
hubiera acabado. Pero merecía la pena despertar ya que fue orgásmico ver
arrancar a todos los coches a la vez y salir poco a poco.
Pasamos por Granada en olor de multitudes. Salía un coche cada minuto, pero
coincidimos varios grupos. En primera instancia yo tenía al Pagani Zonda detrás
(luego me adelantó), un Boxter y un F430.
Hubo 4 checkpoint que coincidían con parques y paseos de Granada, así como
puntos emblemáticos llenísimos de gente que aplaudía, vitoreaba y hacía fotos
sin parar, todo valía, cámara normal, digital, compacta y hasta el móvil. Mi coche debe andar en al menos un millar de fotos por ahí
repartido, el Zonda, Enzo, Bentley, SLR, Sbarro y demás no quiero imaginar el
número.
Comimos en el Al-Andalus, la parte exterior donde se ubica el famoso vagón de
tren que tiene unas vistas extraordinarias. Para luego ir a Puerto Banús donde nos incorporamos al equipo de Maranello
Rosso.
Por cierto, el F360 con los escapes Capristo, en el túnel casi me deja sordo, la misma sensación que cuando fui a Montmelo
a ver los entrenamientos desde las gradas.
Pasamos por el mismísimo puerto Banús donde, como en todos los sitios, se
agrupaba una enfervorecida multitud. Eeso sí, aprovechando la multiutud (y los caballos) se coló delante de mi justo
antes de la barrera de Puerto Banús un F430 negro matrícula "PROBL3M" de un guiri
inglés canoso y espontáneo que se sumó al embrollo sin saber de que iba (y que
aparcó en el mismo puerto).
Y a descansar, al hotel Al-Andalus. Qué hotel, qué exteriores, qué todo... y ahora
imaginad los jardines, el parking y aledaños LLENOS de Ferraris, Lambos y demás.
Si no es el paraíso se le parece mucho. Allí aproveché y conocí a varios ferraristas con los que congeniamos mi primo
y yo rápidamente. Con algunos ya planeando cosas para futuro como José Luis
(F430) y José (F360).
Saludos al forero Pininfarina a quien conocí allí en Granada y a su grupo de
Valladolid, al final no pudimos despedirnos. Y a las azafatas, de Madrid, Patricia y Estrella, que disfrutaron como dos más
del evento desde su Peugeot. Y sobre todo GRACIAS a Enrique, el auténtico alma del evento, por organizarlo de
forma ejemplar, por su paciencia, por poner siempre una sonrisa, por desvivirse
por todo y por todos, en definitiva por brindarnos a todos la oportunidad de
disfrutar de sensaciones incomparables llenos de las máquinas con las que
soñamos desde niños, porque compartir esos recorridos y formar parte del grupo
es algo que ni mi primo ni yo podremos olvidar nunca.
Como pegas a reseñar, si se puede llamar así, la única que se me ocurre es que
tardaron mucho en servir la comida en casi todos los restaurantes, pero era
normal, dar de comer a tanta gente tiene su aquel.
Texto: Magnelli
Fotos: Pravda
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