Concentración Ferrari Club España en Valladolid
Fin de semana de lujo
para recibir al Ferrari Club España en Valladolid, ni una nube en el cielo, el
sol brillando, temperatura muy agradable y unos 40 Ferraris por las carreteras
de Valladolid, supongo que el sueño de cualquier amante del cavallino, y un
problema para los médicos ya que a su paso hizo girar muchas cabezas.
La jornada empezó bastante pronto, a las 8 de la mañana llegaban a la plaza
Mayor un F430 y un 512 Tr, seguidos de dos camiones con 3 sorpresas en su
interior, F430 Challenge, un F40 y un F50 amarillo, los cuales colocaron en el
centro de la Plaza Mayor con alguna dificultad y con algún susto sin
importancia, tras vallarlos, vuelta al hotel para empezar la ruta.
En el hotel, mientras los participantes iban despertándose y llegaban algunos
nuevos, entre ellos un 360 preparado por Piedrafita, que junto con el F430
Scuderia, fueron para mí, sin desmerecer al resto, las dos “joyas” de la
concentración, poco a poco se fueron colocando los coches en una enorme fila de
colorados, y cuando ya estuvieron listos todos camino de Tudela de Duero,
primera parada de la ruta, y mientras la ciudad parecía que se parase al paso de
la caravana, la gente se quedaba de piedra al ver los coches y parecía volver a
la normalidad cuando estos pasaban del todo, una vez en la carretera y con
espacio para dar rienda suelta a los caballos, fue más complicado seguirlos,
pero por suerte ni apretaron al máximo y se ralentizaba la marcha para
agruparse, todo esto siempre escoltados por la policía y por un grupo de moteros
(Gold Wing).
La primera parada fue en un polígono industrial en Tudela de Duero, donde los
coches pararon unos 30 minutos y a los participantes se les obsequió con unas
gorras, tras esta breve parada, vuelta a la carretera. Siguiente parada, bodega
La Cepa. En camino más de lo mismo, la tranquilidad de los pueblos se
interrumpía por el sonido de los motores, y sus habitantes se paraban al paso de
los coches y todo el mundo tenía algo que decir, generalmente bueno. Ya en la
bodega se les ofreció a los participantes un vino y un aperitivo y estuvieron
bastante tiempo parados, el suficiente para poder mirar coche a coche con calma
y poder hacer varias fotos e incluso hablar con algún propietario.
Después del aperitivo tocaba la comida, pero para eso teníamos que volver a
coger los coches y rumbo al Mesón Casa Pedro, donde aparcaron los coches en el
jardín del Mesón, y la imagen era realmente bella, los Ferrari en el jardín,
rodeados de algunos carros y aperos de labranza. Lo único malo es que los coches
no tenían protección y algunos dueños tuvieron que quedarse al lado del coche,
velando por la seguridad del mismo.
Tras la comida, otra
vez a los coches con dirección la Plaza Mayor de Valladolid, donde había un
espacio reservado para los coches. Estuvieron expuestos tras unas vallas, para
el deleite de todos los que estábamos allí.
Para mi se acabó la
concentración y a casa a descansar. Eran casi las 9 de la noche y llevaba desde
las 16:30 del día anterior viendo Ferraris. ¿Empacho de Ferraris?, pues no.
Siempre cuando llegas a casa sientes que te has perdido algo, que podías haber
hecho más fotos, que podías haber estado más tiempo, o…, bueno que siempre que
se habla de Ferrari quieres más.
Algo bastante destacable de la concentración fue el comportamiento de los
propietarios. Siempre muy respetuoso, tanto con el resto de conductores como con
las personas que estuvimos siguiéndoles durante toda la concentración. Gracias a
eso no tuvimos que lamentar ningún incidente y todo terminó con gran éxito. |
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Texto: Pablo
Fotografía: Commendatore y Pravda_360 CS
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