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Visita
a Maranello y fábrica Ferrari del SFCM
Antes de comenzar este fantástico viaje, quisiera contaros algunos datos. Todos conoceis qué es el Ferrari Club España, la asociación de propietarios de Ferrari en España, un club por país. Desde hace unos años, Ferrari SPA, ha creado el Scuderia Ferrari Club. El club de los aficionados a la Scuderia Ferrari. En España hay actualmente 3; Andalucía, Costa Brava y Madrid.
Pertenecer a dicho club, te permite, entre otras ventajas, poder
acceder a la fábrica donde nacen los Ferrari, que por si no lo sabes,
está restringida su entrada a toda persona que no sea de la propia
fábrica o perteneciente a un club oficial, y siempre con cita previa.
El
pasado mes de julio, unos socios del Scuderia Ferrari Club se unieron
al viaje para visitar la fábrica, y ya de paso, otros lugares icónicos
de la zona. Javier Hernandez Toledo nos relata su experiencia en primera persona. Esto es lo que vivio en tierra santa.
Aprovechando la buena climatología y la ocasión de ver las entrañas de la fábrica Ferrari, varios socios del Scuderia Ferrari Club Madrid y Andalucía
planeamos un viaje hacia Maranello, cuna de nuestra pasión. Partimos en
avión la mañana del lunes 30 de julio, y a la hora del almuerzo
aterrizábamos en Bolonia. Nada más aterrizar nuestros anfitriones
italianos nos reciben con un bólido de la competencia, aunque precioso,
Lamborghini Miura SV de 1971. Tras aprovechar la ocasión y sacarle
algunas fotografías, nos encaminamos a recoger nuestro transporte, un
versátil Lancia Ypsilon.
Tras salir de Bolonia nos dirigimos hacia la primera parada de nuestro viaje: Módena y el museo Casa Natale Enzo Ferrari.
Transcurridos unos pocos kilómetros llegamos a nuestro destino,
pudiendo deleitarnos con los preciosos coches que éste museo alberga.
Coincidimos con una exposición dedicada al centenario de Maserati, que
recogía joyas como el Maserati 450S, el “Bird Cage”, el Boomerang, o
varias generaciones del Quatroporte y del Ghibli. Un momento muy
especial fue la proyección de un audiovisual sobre el interior de la
bóveda del museo, mostrando la evolución del personaje de Enzo Ferrari,
desde su nacimiento hasta la formación de la Scuderia Ferrari y sus
triunfos, todo ello mientras sonaba la preciosa aria “Nessun Dorma”, de
Puccini. En el hall del museo también pudimos ver las famosas lanchas
Timossi-Maserati y Arno-Ferrari, poseedoras de varios récords de
velocidad en el agua. Sin haber saciado nuestra hambre ferrarista,
entramos en la Oficina Mecánica Alfredo Ferrari, para admirar objetos
personales del Commendatore y varios coches y monoplazas muy
especiales, como un 125S, 750 Monza, 500 Superfast, un F1 87 o un
Enzo Ferrari de 2002, además de una amplia selección de motores, tanto
de competición como de modelos gran turismo.
Finalizada esta primera etapa de nuestro viaje, tomamos rumbo a Maranello
para tantear un poco el ambiente en previsión de las visitas planeadas
para el día siguiente. Tras algunas paradas en las tiendas de
merchandising de la ciudad pudimos ver en la calle la última creación
de la marca: un precioso Ferrari LaFerrari en
un color negro brillante. Esta fugaz visión no hizo más que avivar
nuestras ganas de ver más modelos, y por ello nos encaminamos hacia el
taller de Toni Auto, donde pudimos ver modelos del calibre de un 365
GTC4, un 275 GTB (similar al que fue propiedad del actor Steve
McQueen), un Mondial T, un F40, un Dino 246 GT, etc..
Debido
ya al cansancio del viaje decidimos encaminarnos hacia el hotel para
descansar y reunirnos con amigos del Ferrari Club España. Nuestro
cuartel general estaba dotado de amplias y muy cómodas instalaciones, y
una vez allí, tuvimos la ocasión de ver las monturas de varios amigos
del club: un F430 y un 360 Módena (ambos con cambio manual), un 360
Spider, un FF, dos 599 GTO y un Scuderia Spider 16M. Nos desplazamos en
caravana hasta un restaurante en las colinas de Maranello, donde tras
una suculenta cena y una agradable velada nos retiramos a recargar
fuerzas para la jornada del día siguiente.
La mañana del segundo día la dedicamos a visitar el Museo Ferrari
y su exposición “California Dreaming”. Como siempre, sus piezas no
defraudan, y pudimos deleitarnos con coches como un 312 T4 y 312 B de
fórmula 1, el 712 CanAm con su brutal bloque motor, el F333 SP, el 512
de David Piper, el 458 GT2 de AF Corse de LeMans, 275 GTB, F40 LM, 355
Challenge, un inusual SA Aperta, una maqueta del nuevo California T,
etc. Pero sin duda, la parte más especial fue la sala dedicada a
versiones para el mercado americano, donde se encontraban piezas como
un 400 SuperAmerica, un 365 GTB4 Daytona con su frontal de plexiglás,
un Dino 246 GTS, un 330 America, un 550 Barchetta Pininfarina, 500
Superfast, 612 Scaglietti Sessanta, el 360 Barchetta del presidente Montezemolo con su particular luneta o piezas únicas como la Thomassima III o el Colani Testa D´oro.
Al
mediodía nos encaminamos a reponer fuerzas al restaurante IL Cavallino,
situado enfrente de la fábrica Ferrari, y tras saborear una suculenta
comida típica de la zona, llegó el momento cumbre: la visita a la fábrica Ferrari.
Nos encaminamos a pie a la entrada, donde tras una presentación y la
entrega de audio guías nos recogió un microbús que nos llevaría hacia
la primera etapa de la visita: la sección de motores. Pudimos observar
el proceso de fabricación de estos componentes, siempre bajo las
atentas explicaciones de nuestras amables guías. A continuación
visitamos la cadena de montaje de los motores V8, viendo en directo
trabajar a varios técnicos, y la de los V12, donde un único técnico es
responsable del montaje total del bloque motor.
Después
pasamos a la planta de ensamblaje, donde vimos el proceso mediante el
cual unen el motor al chasis, y también colocan la carrocería y otros
elementos como las llantas, las ruedas, los cristales; asimismo,
pudimos observar como varias costureras se encargaban de tapizar los
salpicaderos y asientos de estos coches.
Proseguimos
hacia la siguiente etapa; el departamento Tailor Made, donde nos
explicaron las infinitas posibilidades de personalización que tiene un
modelo bajo pedido, tanto en color de carrocería como en materiales
interiores, tapizados, costuras, volantes, llantas, etc. Pudimos ver de
cerca y tocar los materiales que Ferrari pone a disposición de sus
clientes.
Finalizamos la visita volviendo al microbús y encaminándonos hacia la Gestione Sportiva para admirar los garajes de los programas F1 Clienti, con multitud
de monoplazas de Fórmula 1, tanto históricos como contemporáneos, y de
los programas 599XX y FXX, donde pudimos ver y tocar de cerca estos
“coches-laboratorio”, de donde Ferrari obtiene valiosa información que
aplicar a sus futuros proyectos. El postre fue una rápida visita al
departamento Ferrari Classiche,
donde pudimos ver verdaderas joyas de la marca en proceso de
restauración y certificación, como un 365 GTB4 Daytona con su
carrocería totalmente pulida mediante chorro de arena, un Dino 206 SP,
un F40 LM, un 275 GTB, un fantástico GTO de 1984, un apabullante 250 TR
de 1957 con su motor al descubierto, y dos, sí amigos, dos incunables
Ferrari 250 GTO con carrocería de 1962. La visión de semejantes
bellezas obligó a nuestra guía a ir sacándonos uno a uno del taller,
pues no queríamos abandonar la compañía de estos verdaderos
protagonistas de la historia de Ferrari.
Dispusimos
de la tarde libre para hacer algunas compras y refrescarnos del
sofocante calor de la Emilia Romagna, y al caer la noche nos dirigimos
hacia el restaurante Montana para disfrutar de la gastronomía elaborada
por Mamá Rosella. La sorpresa vino al entrar cuando nos percatamos de
la presencia de Marco Mattiacci, director de la Scuderia Ferrari de Fórmula 1, quien tras cenar accedió amablemente a hacerse una foto con nuestro grupo.
Nuestro último día en Italia lo dedicamos a visitar la fábrica Pagani, donde pudimos ver y escuchar cómo se fabrican los nuevos deportivos Pagani Huayra y se reparan los anteriores Pagani Zonda, en todas sus versiones: C12, C12S, Zonda R y el ejemplar único del Zonda LM.
Por
la tarde volvimos a Maranello para disfrutar de una ruta por la zona al
volante de un Ferrari California de alquiler, que hizo nuestras
delicias y nos permitió descargar la adrenalina acumulada durante todo
el viaje.
No quisiera terminar estas líneas sin agradecer la compañía de todos los amigos del Scuderia Ferrari Club y del Ferrari Club España, que nos hicieron disfrutar aún más, si cabe, de las experiencias vividas en esta escapada. ¡Y LAS QUE NOS QUEDAN!
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Javier
Hernandez
Julio 2014 |
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