Ford Focus ST: agárrate que vienen curvas
Focus ST: siglas mágicas que dicen mucho y con razón.
280 cv y 4 modos de conducción que dan para mucho con sensaciones de auténtico deportivo.
Estéticamente es un coche que parece que dice poco. A un deportivo de esta categoría deberíamos describirlo como a un
roba-miradas o
tuerce-cuellos. Llama la atención, pero no todo lo que cabría esperar de un compacto deportivo como es el ST.
Ahora, si eres algo más observador y echas algo más que una simple
mirada, las cosas cambian. Un ligero vistazo a las llantas de 19
pulgadas ya dan indicio de lo que podemos encontrar y, si
“profundizamos” un poco más, las llamativas pinzas de freno acabadas en
rojo, delatan claramente al ST.
Si eres de los que te gusta la discreción y no buscas llamar
excesivamente la atención, sin duda que puede ser tu deportivo. Difiere
en poco de sus hermanos de gama como he comentado, pero los detalles de
las llantas y pinzas delatan claramente su espíritu.
ASIENTOS RECARO
Navegando por su interior, la discreción vuele a hacerse patente. Tan
solo nos llaman poderosamente la atención los excelentes asientos
firmados por Recaro tipo baquet, que además de ser bonitos, son super
efectivos cuando tocamos el “
botón mágico”.
La enorme pantalla multifunción preside la consola central, incluso,
gracias a las opciones de conectividad que ofrece el Focus ST, podemos
recibir noticias en tiempo real sobre el estado del tráfico y así
prever posibles problemas que podamos encontrarnos en nuestra ruta.
Justo debajo de ella, unas enormes toberas de ventilación aseguran una
excelente climatización y bajo ellas el control del climatizador.
A los exclusivos y excelentes asientos Recaro, como detalle deportivo
tenemos también el volante multifunción con el fondo plano y el pomo de
la caja de cambios y pedales acabados en aluminio.
En cuanto al funcionamiento y colocación de todos los mandos, solo
podemos decir cosas buenas. Los asientos Recaro, fácilmente ajustables,
permiten una posición de conducción en la que todo queda a mano y no
hay que separar en exceso las manos del volante para tener acceso a
todos los botones o “aditamentos” que queramos usar.
Como ya he comentado unas líneas más arriba, las butacas delanteras
merecen comentario aparte. Además de bonitos son super efectivos en
todas las situaciones. Tal vez a alguien le parezcan incomodos porque
sean un poco duros, pero claro, en el momento de “máximo extasis” de
conducción, si en vez de ir en estos asientos, fuéramos en unos
convencionales, tal vez nos tendría que recoger porque nos habríamos
escapado por la ventana.
BOTON MÁGICO
La maravilla de este coche no se ve. Solo podemos verlo si levantamos
el capot o lo conducimos. Debajo del “trasero” tenemos un fabuloso
motor de cuatro cilindros y 280 caballos, capaces de hacer “sentir” al
más excéptico. Para sacar esa fabulosa cifra cercana a los 300
caballos, el Focus ST equipa un propulsor de 2.3 litros con un par
máximo de 420 Nm y tiene de velocidad máxima 250 km/hora, siendo capaz
de parar el crono de 0 a 100 km/hora en 5,7 segundos.
Para sacar partido a toda esta potencia, el Focus ST cuenta con el
“botón mágico” que transforma totalmente al coche. Son los modos de
conducción. Entre el modo
normal, que ya es capaz de transmitir importantes sensaciones, y el modo
Sport,
la diferencia es notable, transformándose la suspensión en una
auténtica tabla y con un manejo del cambio que se torna mucho mas
rápido y preciso. Entre ellos dos, podemos elegir el modo
Silpery,
pensado cuando las condiciones del asfalto o climatológicas no son las
idóneas y donde la entrega de potencia y demás parámetros del motor son
más conservadores.
Si somos valientes, pulsaremos el botón
track
(modo circuito). Aquí, amigos, las cosas cambian considerablemente.
Estamos conduciendo otro coche y de ello nos damos cuenta nada mas
arrancarlo, el sonido cambia considerablemente. Si buscas el límite,
debes ir a un circuito, ya que en una carretera convencional pronto
sobrepasarás otros límites. Como sobresaliente debemos catalogar al
funcionamiento del autoblocante eLSD, que cumple con su cometido a la
perfección y mantiene el tren delantero pegado al asfalto como una lapa
por más que intenter “buscarle las cosquillas”.
El
control de estabilidad electrónico también es gran culpable de toda
esta efectividad a la hora de traccionar el Focus ST. Este control
supervisa constantemente el avance del coche y detecta rápidamente
cuando el ST pierde tracción, aplicando automáticamente toques de freno
a cada una de las ruedas según va necesitándolo para que la estabilidad
no se vea comprometida en ningún momento.
Una amortiguación muy rápida de reacciones y la dirección muy directa
son los detalles finales que hacen que las curvas y virajes se vayan
acercando a nosotros a una velocidad endiablada con un aplomo y
seguridad insultantes.
No debemos tampoco olvidarnos del excelente equipo de frenos. Una
frenada brutal hace que casi tengamos que hacer esfuerzos para no
darnos con el pecho en el volante. Además de efectividad hay que
sumarle la total ausencia de fatiga aún en fuertes y consecutivas
frenadas, manteniendo el mismo tacto al principio que al final.
Se nos olvidaba la caja de cambios. Una delicia subir y bajar marchas
con gran precisión, y un detalle que hace sentirte como un “piloto”, el
efecto punta tacón que hace en cada uno de los cambios de marcha….
Simplemente fascinante.
La verdad es que hay pocos coches que pasen por nuestras manos y se nos
haga corta la prueba. Nos hemos quedado con ganas de probarlo en un
circuito cerrado ya que los caballos y la excelente motricidad que ha
mostrado en nuestra zona de pruebas, son indicio de que sería de total
diversión con la tranquilidad añadida del circular en un circuito. Un
auténtico pura sangre que estéticamente no es un “tuercecuellos” pero
dinámicamente sorprende a todo el mundo que tiene la oportunidad de
sentarse en él.